El primer desafío al que se presenta hoy en día un organizador de eventos, es ofrecer un evento seguro. Y a continuación, una cuestión mucho más compleja, ofrecer una experiencia al invitado que le provoqué la necesidad de que vale la pena asistir a un evento.

Los eventos en vivo han cambiado
Si en verano los primeros datos de eficacia en torno a una serie de candidatos a vacunas COVID-19 nos daban esperanzas a muchos de que el final estaba a la vista, la realidad es totalmente la contraria.
Aunque ya se están implantando los primeros programas de vacunación contra la pandemia en nuestro país, los casos siguen aumentando en todo el mundo, se han encontrado nuevas cepas del virus en el Reino Unido y Sudáfrica que provoca que el virus continúa cobrando importancia como amenaza para la salud pública. Esta situación tan desesperante hace que desgraciadamente sea inviable a medio plazo abandonar las pautas de seguridad en la organización de eventos,y por ende su manera de planificarlos y ejecutarlos.
Un evento seguro y socialmente distanciado
El primer desafío al que nos enfrentamos los event managers desde que llegó la pandemia es ofrecer eventos seguros. Y a continuación, resolver una cuestión mucho más compleja, ofrecer una experiencia al invitado que le provoqué la necesidad de asistir y en el post evento, mantener en su mente el recuerdo positivo de que valió la pena asistir.
¿Los eventos se sienten igual?
Por mucho que queramos auto convencernos, los eventos ya no se sienten igual, en este post, he pedido la colaboración a uno de mis últimos invitados con el objetivo que comparta de primera mano, su experiencia a la hora de asistir a un acto, una historia que sinceramente me pone los pelos de punta cada vez que la leo.
La experiencia de asistir a un evento
Estaba emocionada de asistir a mi primer acto presencial desde que empezó la pandemia, lo que significaba ponerme de nuevo un vestido, tacones y ahora, mi mascarilla a juego.
Tenía curiosidad por saber quién estaría,quién participaría y qué contactos podría hacer.Llegué al lugar, y tras la toma de temperatura y la desinfección de manos me senté en mi asiento, un solo asiento solitario, por suerte mediciones cuidadosas aseguraban que el resto de invitados al acto se sentaban al menos a 1,5 metros de distancia.
Durante los mementos previos al inicio pude saludar con mi mirada a un par de contactos que eran de mi interés, laboralmente hablando, pero no pudimos entablar conversación y juntarnos por eso de guardar la distancia social en todo momento.
El inicio de acto y su estructura principal se mantuvieron como en otras ediciones pero es evidente que se te pellizca el corazón cuando las personas hablan con mascarilla, el personal de limpieza desinfecta constantemente el atril, interrumpiendo la atención del público, las personas no pueden tocarse al recibir una distinción, o las fotos de familia son mucho más distanciadas y reducidas.
Es cierto, que no se olvidará nunca este acto, y que el gesto de la entrega me marcó, pero no sé si me volverá a pasar cuando acuda a unos cuantos más, por eso de que el humano se acostumbra rápido a los cambios
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Para finalizar, el presentador nos indicó el modo de salir, parecía el colegio, todos en fila india, rectos y mirando hacia delante, y en todo momento y de manera totalmente inconsciente, creé mi propia burbuja de seguridad en un radio de 1,5 m alrededor de mi asiento".
Pero en el fondo me sentí feliz de ver que poco a poco vamos saliendo hacia delante, y que la vida no es blanco o negro, es una auténtica marea de grises a los que hay que ir adaptándose.
CONCLUSIONES
Presencial V.S Híbrido, la batalla continúa.
Hay quienes aseguran que los eventos virtuales se convertirán en el formato estrella debido a las oportunidades de establecer contactos desde cualquier punto del mundo,interactuar en directo a través de un chat…etc. en estos meses he podido asistir a eventos virtuales y creo que como todo en esta vida, también tienen sus inconvenientes, sobre todo en el apartado de la atención al contenido, escudarse detrás de un pantalla te hace perder la atención con mayor facilidad que si estuvieras en un espacio con más personas a tu alrededor.
En definitiva, pedirle a uno de mis invitados que compartiera conmigo su experiencia me ha enseñado que debemos reconocer que el entorno actual ha alterado por completo la experiencia del evento en persona. Sin embargo, en mi humilde opinión creo sinceramente que el éxito tanto de lo presencial como de lo virtal radica en el compromiso de los asistentes, su predisposición ante la participación a un evento.
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