El hecho de no poder acompañar a nuestros responsables en actos presenciales por cuestiones de aforo, produce consecuencias negativas para el desarrollo correcto de nuestras funciones
Noviembre 2020. Presentación en València del Plan de Recuperación y Resiliencia, con la participación del alcalde de Elche, acto con las primeras autoridades nacionales y autonómicas.
Que las cosas han cambiado desde que volvimos a la nueva normalidad es una cuestión que ya vamos interiorizando y asumiendo en nuestro día a día. Aun así, esta semana he estimado oportuno compartir una circunstancia que estoy viviendo y que desgraciadamente se está repitiendo en los últimos meses en relación a las restricciones de asistencia a actos como técnico de protocolo, y en los cuales sí que exisite invitación y participación por parte de» mi alcalde».
Qué está ocurriendo
Desde que la agenda institucional ha vuelto activarse, estoy viviendo una consecuencia directa de la pandemia, la restricción de aforo al personal técnico de protocolo. Una cuestión que puedo llegar a entender en ciertos aspectos, pero que no comparto en su totalidad.
Desde una visión profesional, el técnico de protocolo es consciente que su labor en el acto presencial cuando no es organizador, es de segundo plano, esto quiere decir, que una vez hemos realizado el checklist de lo pactado con el compañero homónimo, podríamos retirarnos a una sala anexa donde seguir el acto, y asistir a nuestros responsables si estos así lo precisaran.
El alcalde de Elche, participa en un acto con las más altas autoridades nacionales y autonómicas, en la fotografía, el President de la Generalitat, el Presidente del Gobierno y los alcaldes de la Comunitat Valenciana
Consecuencias de las restricciones
A mi parecer, las consecuencias de estas restricciones, están afectando a la imagen en global de la profesión, ya que no nos permite poder desarrollar nuestro labor profesional correctamente, en relación a:
- Supervisar o chequear in situ lo pactado con la entidad anfitriona, con el objetivo de salvaguardar la imagen tanto de la institución como la de la persona que lo representa.
- Resolver posibles incidentes en relación a la participación de nuestro responsable en el evento.
- Establecer relaciones con compañeros homónimos, tan útiles cuando se producen futuras colaboraciones.
- Observar y valorar ideas acerca de formatos, tan importante hoy en día por las medidas COVID-19.
Reflexionemos
No podemos conformarnos en realizar nuestra labor desde los despachos, los compañeros de prensa ya nos están llevando ventaja, ellos ya están empezando a participar presencialmente en los actos por sus reivindicaciones acerca de la necesidad de cubrir la noticia con sus recursos y no los recursos que les ofrece la institución, hagamos nosotros lo mismo.
Todo organizador de acto, queremos velar por el bienestar de nuestro asistentes, prevenir el contagio y la propagación del virus, pero tengamos una visión analítica de la situación, y reflexionemos, ya que este tipo de situaciones pueden impactar negativamente en el posicionamiento de nuestra imagen, seamos imprescindibles o será más complicada la sostenibilidad de toda la profesión.